Juan Arias responde ao Blog da Cidadania

Ativismo político

Reproduzo, abaixo, a resposta que o correspondente do diário “El País” no Brasil, senhor Juan Arias, enviou a este blog por conta de queixa que fiz ao jornal e ao próprio jornalista quanto a matéria de autoria deste que acusou a presidente Dilma e seu ministério de conduta desrespeitosa com as vítimas da tragédia no Rio. Em seguida, a tréplica do blog.

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Estimado Sr. Eduardo:

Agradezco su mensaje y le respondo, por mi parte, con mucho gusto.

En primer lugar, nunca intenté ofender a la Presidenta Dilma Rousseff, de quién he publicado en estos 15 días numerosos elogios sobre su comportamiento y su eficiencia en tomar medidas y de quién creo que hará un gran gobierno pues está demostrando tener pulso e ideas interesantes para la transformación de Brasil, lo que no significa que no pueda criticar alguna de sus actuaciones puntuales como ya lo hice con su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, a quién apreciaba y admiraba en muchas cosas.

Un periodista que no supiera ser crítico con el poder de turno defraudaría a sus lectores y llevo en este oficio 42 años.

En mi crónica me limité a tomar nota de un hecho real que molestó a millones de brasileños. Nadie – ni la Globo – afirmó que ella y los ministros estuvieran riéndose de la tragedia. Hubiese sido monstruoso. Lo que tantos brasileños por mi escuchados aquel mismo día  pensaron fue  que dado que el país estaba de luto por una tragedia  que encoje el alma de millones de personas dentro y fuera del país, dado que sabían que estaban siendo filmados, podrían haberse ahorrado aquellas escenas de alegría, en aquel momento de la filmación. Todo hubiese sido distinto si, por ejemplo, hubiesen comenzado aquella reunión haciendo un minuto de silencio por las víctimas.

Dicho esto, en lo que no estoy de acuerdo es en que el Grupo Globo sea de oposición a la Presidenta Dilma. Cuando tiene que elogiar la actuación del gobierno lo hace abiertamente. Una cosa es ser críticos – y eso tiene que serlo, con cualquier gobierno, cualquier medio de comunicación que se precie de estar al servicio de la libertad de expresión- y otra es ser oposición.

Tengo un enorme respeto por el servício que Globo, tanto el diario como la televisión prestan a la información. La demostración es que los lectores y telespectadores, libremente, siguen  a millones su información y esa audiencia es la mayor garantía de seriedad para cualquier medio al que los ciudadanos pueden dejar de comprar o de ver cuando lo deseen. Tengo una profunda admiración por el plantel de periodistas y columnistas que abraza tanto en sus medios escritos como televisivos.

Para cualquier otra aclaración, me tiene a su entera disposición al mismo tiempo que le felicito por sus éxitos editoriales

Un  saludo afectuoso

Juan Arias

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Resposta do Blog da Cidadania ao correspondente do El País.

Estimado D. Juan Arias,

Por primer, le quiero agradecer por la prontitud de su respuesta y por el sentido amistoso y respetuoso de su contestación.  Pero debo explicarle que, aun que mi carta a usted y a su periódico pueda tener pasado la idea de que lo acuso de intentar ofender a la presidenta de los brasileños, no fue ese el sentido de lo que dice yo.

Lo que me parece es que le falta algún conocimiento de la realidad política de nuestro país y por eso has caído en un cierto equívoco al haber escuchado solamente a grupos de intereses que le convencieran de que hubo un sentimiento en Brasil en ese caso que jamás hubo, pues le garantizo que, por tener un blog con miles de lectores y de haber otros tantos blogs como el mío con tantos o más lectores que están de acuerdo con lo que le dije,  el sentimiento de indignación con la presidenta Dilma y sus ministros solo pudo existir, para algunos, debido a una trampa política de la Globo.

No voy a discutir sus sentimientos en relación a la Globo porque pertenecen a su derecho de opinión. Todavía, puedo discutir lo que ha pasado en la reunión de la señora Dilma con su ministerio.

La cuestión de comenzar la reunión con un minuto de silencio por las victimas puede ser apreciable para algunos o muestra de intento de hacer un show demagógico para otros. Todavía, objetivamente tengo informaciones que la Globo ha grabado la reunión sin que las autoridades supieran lo que estaba haciendo, y su materia en El País dale a la gente la impresión de que se trataba de la desgracia en Rio de Janeiro haciendo bromas y mascando chicles.

¿Cual es lo mejor, entonces? Creo yo que el buen periodismo obliga a escuchar al otro lado, o traer alguna explicación de las autoridades involucradas para la conducta que has denunciado y que si fuera como usted dijo por cierto sería inaceptable, pues la tragedia mal había ocurrido. De esta forma, creemos, miles de brasileños de la dicha “blogosfera”, que la acusación es muy, pero muy grave.

Sobre todo porque  es público e internacionalmente reconocido que los grandes medios brasileños, a la diferencia do que dices, señor Arias, son parte de la oposición tanto al gobierno Lula cuanto al gobierno Dilma. Y para dejarlo al tanto de lo que pasa en la política brasileña, después de esta respuesta le reproduzco un reportaje de la reconocida Agencia Reuters que muestra lo que son los grandes medios en Brasil.

Pero antes de la materia de la Reuters, le dejo mis saludos respetuosos y la confianza en que su periódico – mejor si por iniciativa suya – venga a dar a sus lectores la oportunidad de conocer al otro lado de la moneda, dejando que decidan, cada uno por el mismo, lo que pensar de lo que has reportado en su crónica en cuestión.

Eduardo Guimarães

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Revista pode ser o último obstáculo para vitória de Dilma

Agência Reuters

Sexta-feira, 22 de outubro de 2010 21:05 BRST

Por Stuart Grudgings

RIO DE JANEIRO (Reuters) – Já se tornou um ritual nas manhãs de sábado durante a atual corrida presidencial –funcionários dos partidos e jornalistas correm às bancas para verem se, desta vez, a edição da revista Veja derruba a candidata Dilma Rousseff (PT).

Com sua capacidade para fazer ataques, a revista mais lida do Brasil –que já divulgou dois escândalos de corrupção que afetaram Dilma– parece ser o último grande trunfo da oposição, numa disputa em que a candidata governista chega à penúltima semana ampliando sua vantagem na dianteira das pesquisas.

Alguns analistas políticos descrevem a corrida em termos de quantas capas da Veja faltam para a eleição: duas.

A incansável campanha da publicação contra Dilma é um sinal daquilo que alguns dizem ser uma profunda tendência da mídia brasileira contra o PT e o governo de Luiz Inácio Lula da Silva, primeiro presidente brasileiro egresso da classe operária.

O esquerdista Lula tem a aprovação de 80 por cento dos brasileiros e é muito elogiado no exterior pela trajetória que fez o ex-operário virar um presidente que tirou milhões de pessoas da miséria. Mas isso não impede que sua relação com a imprensa brasileira esteja desgastada.

“Há uma revista cujo nome eu não lembro. Ela destila ódio e mentiras,” disse Lula em setembro num comício, em um dos seus muitos ataques à imprensa durante esta campanha, em que ele acusa alguns veículos de comunicação de agirem como partidos políticos.

Membros do PT admitem que a irritação de Lula com a imprensa pode ser contraproducente, e que talvez tenha até custado votos a Dilma no primeiro turno. Mas as pesquisas ainda a apontam como favorita no segundo turno, no dia 31, depois da aparente perda de fôlego na recuperação da candidatura de José Serra (PSDB).

Embora a Veja tenha uma orientação clara, suas reportagens têm se provado corretas, e resultaram na demissão de Erenice Guerra, ex-braço-direito de Dilma, do Ministério da Casa Civil após denúncia de envolvimento num suposto esquema de corrupção.

Os grandes grupos da imprensa dizem que as críticas de Lula têm ido longe demais e citam seu direito constitucional à liberdade de imprensa. A antiga desconfiança da grande imprensa de que o PT gostaria de restringir a liberdade de imprensa foi alimentada, no começo da campanha, quando um documento do partido –depois retirado às pressas– sugeria propostas por um maior controle sobre a mídia.

“Acho que essa tensão entre mídia e poder é normal –basta ver o presidente (dos EUA, Barack) Obama e a Fox News,” disse Ricardo Pedreira, presidente da Associação Nacional de Jornais.

HISTÓRICO DE DESEQUILÍBRIO

Ainda assim, alguns creem haver provas concretas para justificar a irritação de Lula, e consideram que a postura negativa da imprensa pode ser um problema também para Dilma, caso eleita.

“É inquestionável,” disse James Green, professor de assuntos latino-americanos na Universidade Brown, dos EUA, que vem acompanhando a campanha. “Sempre que um evento ocorrer ele será distorcido de um modo claramente destinado a favorecer a candidatura Serra e a diminuir a candidatura Dilma.”

Segundo ele, o paralelo entre Obama e o canal Fox News não se sustenta, porque no Brasil, ao contrário do que ocorre nos EUA, não há grandes jornais ou redes de televisão com posições de esquerda, que poderiam equilibrar a cobertura.

Lula, com sua origem humide do Nordeste, é sistematicamente retratado como “ignorante, analfabeto, rude e preguiçoso,” disse Bernardo Kucinski, professor de Jornalismo e ex-assessor de comunicação do governo Lula no primeiro mandato.

“Ultimamente, os jornalistas reconheceram sua habilidade política e abandonaram os termos mais insultantes, mas continuam a retratá-lo como um homem não-educado e, portanto, despreparado para a Presidência.”

Kucinski disse que Dilma, por ser oriunda da classe média, será poupada de tais ataques pessoais, mas não de uma cobertura ideologicamente tendenciosa. “A meta da elite é impedir outros oito anos ‘deste tipo de governo,'” afirmou.

Lula se queixa de que “nove ou dez famílias” controlam a mídia brasileira.

Num dos casos mais famosos de comportamento ideológico da mídia, a TV Globo, em 1989, editou o debate de Lula contra seu então adversário Fernando Collor de modo a ressaltar os maus momentos do petista, que acabou derrotado naquela eleição presidencial, a primeira após a redemocratização do país.

Hoje em dia, a Globo faz uma cobertura mais neutra, mas muitos acharam que os apresentadores do Jornal Nacional a trataram de forma mais agressiva do que aos demais candidatos numa série de entrevistas feita em agosto, o que também provocou uma reação de Lula. O jornal O Globo, pertencente ao mesmo grupo, também tem um claro viés anti-Dilma.